El
placer ha sido, a través de los siglos, uno de los temas que ha interesado a
diversos filósofos y psicólogos, comenzando por Freud (que en realidad era
medico). Y es que el placer se ha
colocado en los extremos del bien y el mal y como lo opuesto del dolor. Para
los estoicos, el placer es el mayor enemigo de la moral, por lo tanto es
negativo; por otro lado, el filósofo Baruch Spinoza (1635-1667) lo considera
positivo, ya que nos permite acceder a un bienestar mayor al que nos provee. Lo
cierto es que el placer es un estado agradable ligado a actividades como:
comer, dormir o tener relaciones sexuales, de igual forma, apreciar el arte o
crear obras es también placentero.
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los deseos de placer no es suficiente para mantenerse en equilibrio con el
medio. Saber lo que se desea y buscar caminos y opciones de vida acordes con
sus valores que lleven a la satisfacción de la persona; mientas más consiente
se es de sí mismo y de los demás, más sencillo resulta encontrar placer en la
vida. Cada vez que nos alejamos de la urgencia infantil del placer, nos
acercamos más a la madurez de la satisfacción personal.
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